Lackawanna, Hoboken Terminal
La primera vez que la vi fue en fotos. Mi esposo acababa de hacer una
investigación y me mostró su recorrido a través de la terminal. Me llamó
tanto la atención su arquitectura, los colores y la espectacular vista
hacia New York. En el verano tuve la oportunidad de verla
personalmente. Me cautivó su fachada, la amplia sala de espera mucho
más bella de lo que pudiera verse en fotos.
Me llevo a soñar, a fantasear, seguramente porque es una majestuosa
terminal llena de historia.
Se le conoce como Terminal de Hoboken y es el último sobreviviente de
las estaciones costeras del río Hudson (Nueva Jersey) que aún cumplen
su función original: el transporte de pasajeros hacia la zona metropolitana
de New York mediante tren, autobús, Ferry o PATH. Más de 50,000
personas la usan a diario, lo que la convierte en la segunda estación de
ferrocarril más transitada de Nueva Jersey y la quinta más transitada en
Estados Unidos. La instalación fue financiada y operada por la empresa
ferroviaria Delaware, Lackawanna & Western (DL&W), y diseñada por
Kenneth M. Murchison en el estilo Beaux-Arts (Neoclasicismo francés
con elementos Góticos y Renacentistas).
Aunque la estación ha cambiado para ajustarla a los estándares de
servicio público conserva gran parte de su estructura original.
El edificio se restauró por primera vez a finales de los ochenta y su
restauración más completa comenzó en el año 2000.Tras un accidente
de tren en el 2016 se requirió hacer nuevas reparaciones que se
espera concluyan a mediados de 2019.
Breve historia de la estación
El lugar donde se encuentra la terminal se ha utilizado
desde la época colonial para unir la isla de Manhattan y otros puntos
del oeste. Primero se construyeron largas carreteras con peaje y luego
carreteras con tablones hasta que en 1811 comenzaron a funcionar
los primeros feries a vapor. En 1905 un incendio en uno de los ferris
destruyó la estructura. Esto dio paso a la construcción de la
Terminal Hoboken.
Desde sus inicios Lackawanna contó con una pequeña flota de trenes
al servicio de Buffalo. Durante sus años más prósperos operó una
línea principal de 396 millas que conecta Hoboken con Buffalo con
servicios adicionales a Oswego, Northumberland, Syracuse e Ithaca.
El negocio de carbón de antracita fue el negocio más importante y
lucrativo de DL&W. Además, operaba un sólido negocio de viajeros
frecuentes hacia la región metropolitana de Nueva York.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el comercio de carbón disminuyó
drásticamente, pero el ferrocarril resistió esa pérdida económica.
La compañía estaba tan bien administrada que nunca había
experimentado una quiebra o reorganización importante en su historia
corporativa. Por desgracia, a medida que el tráfico de viajeros disminuyó
en la década de 1950, DL&W necesitó de un socio de fusión
convirtiéndose en Erie Lackawanna en 1960.
Impresionante Arquitectura
Como es una terminal frente al mar, no tiene el aspecto
tradicional de una estación de ferrocarril. Las vías y las plataformas
de entrada no están alineadas con la estructura. Esto dio lugar a que
la terminal principal estuviera ligeramente inclinada hacia el noreste
en alineación con el río. Pero, la característica más reconocible del
edificio es su fachada adornada con cobre. Se cree fue el mismo
material que se utilizó en la construcción de la Estatua de la Libertad.
En el momento de la construcción del terminal,
había tanto que era necesario utilizarlo o venderlo como chatarra.
Como resultado, Murchison lo incorporó en el diseño.
La otra característica notable es el cobertizo de trenes, que
posteriormente se replicó en otras estaciones. Consiste en un diseño
en arco de acero, vidrio y concreto que ofrecía menores costos de
construcción y mantenimiento. En el interior, Hoboken presentaba un
techo de cristal Tiffany que se elevaba a más de cincuenta pies
sobre la sala de espera principal con paredes de piedra caliza,
hierro y bronce.
Hoboken se transforma
En el 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, la torre del
reloj se retiró para recuperar su cobre a favor de la guerra.
Posteriormente, la gente abandonó los trenes para desplazarse en
coches o aviones. Amtrak comenzó a prestar servicio en la primavera
de 1971 mientras Erie y DL&W consolidaron la mayoría de sus servicios
en Hoboken. Esto provocó que los trenes interestatales dejaran de entrar
en la estación. El último tren interestatal salió de la terminal la tarde del
5 de enero de 1970 después de 87 años de servicio continuo entre los
estados de Nueva York y Chicago.
Afortunadamente, la estación siempre ha seguido ofreciendo servicios
a viajeros entre New York y New Jersey, hecho que ha salvaguardado
la estructura de una posible demolición. La pérdida de otras estaciones
históricas en Manhattan ha creado además movimientos para conservarla
y restaurarla. Es por esto que la renovación del 2000 incluyo la restauración
de la emblemática torre del reloj, la cual se dio a conocer al público en 2007.
Referencias:
https://www.american-rails.com/hoboken-terminal.html
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